20/10/12

Pack to the Future! - 19

—Nng... Sí... —afirmó Sol—. No estamos perdidos ni nada por el estilo. ¿Me tomáis por idiota?

—Como os digo paréceme que ya hemos estado aquí y juraría que no una sola vez —señaló Tenaz.

—¡Bobadas! —se quejó Sol.

—¿No será que te pasa lo mismo que a Luna? —preguntó Jaime.

—¡No digas estupideces! ¡Yo soy mejor guía que ella!

Jaime miró a Sol con suspicacia.

—¡Es este chisme el que funciona mal! ¡Apenas veo la mitad de lo que hay!

—Si yo fuese derrotado, no echaría la culpa a mi espada —apuntó Tenaz.

—Eso es verdad —concedió Jaime—. ¿No será que estamos haciendo algo mal?

—¡Yo no estoy haciendo nada mal, idiota!

—Pero algo tiene que ser... ¿Quizá la estás mirando al revés?

—¡Eso es lo más estúpido que he oído desde hace tiempo!

—Joder, yo qué sé. ¿Tú qué dices, Tenaz?

—Cuatro ojos ven más que dos —dijo Tenaz—. Podrían probar las dos juntas.

—Eh, eso es una buena idea —reconoció Jaime—. Luna, ¿qué opinas?

Luna no respondió, se limitó a mirar a Jaime con una expresión vacía.

—¡No! —se negó Sol—. ¡No necesito ayuda! ¡Idiota! ¡Puedo hacerlo sola!

—No es ayuda, es colaborar.

—¡Me da igual, he dicho que voy a hacerlo yo sola!

—Sol, no puedes ir así por la vida —le dijo Jaime—. A veces hay cosas que no podemos hacer solos y tenemos que saber reconocerlo. Deberías ser más considerada y pensar en los demás.

—Mira quién fue a hablar. Desde que todo esto empezó tú no has hecho otra cosa, Jaime —le dijo Sol y probablemente fue la primera vez que le llamaba por su nombre—. ¿Quién te crees que somos? Jaime quedó en silencio unos instantes, pensando en lo que le había dicho y qué responder. Parecía descolocado.

—Eso no es verdad.

—Si lo es. Incluso lo está haciendo ahora, señor —señaló también Luna, sorprendiéndolos un poco—. Solo quiere que lo hagamos para que pueda encontrar el crippler.

—Eso. ¿Ya no te acuerdas de lo que te dijo Papá Ben, estúpido? —añadió Sol—. Si quieres nuestra ayuda, vale, pero al menos no te creas el maldito culo del mundo.

Jaime guardó silencio y su rostro se fue nublando.

—Tenéis razón. He sido un capullo desde el principio y por eso puse a mi hermano en peligro... Bueno, en realidad os he puesto a todos en peligro. Menos a Tenaz, que viene porque quiere, pero el caso es que por mi culpa casi lo matan, así que cuenta igual. Debí haber hecho más caso a la lección que me dio aquel perro.

Tenaz arqueó una ceja.

—El caso es que sí, vale, quería que usaseis la brújula juntas para encontrar el crippler. Pero ahora me doy cuenta de que eso no es lo más importante. Sois hermanas, no podéis estar así. ¿Y si le pasa algo a la otra sin que hayáis hecho las paces? Yo solo espero que esto termine bien para poder pedirle disculpas a Dani. —Suspiró—. Ahora depende de vosotras, no os voy a obligar. Ah, y, Luna, siento mucho lo que te dije antes.

Las dos pequeñas guías se miraron como si nunca antes lo hubieran hecho. Dudaron un momento, pero al final Sol cogió a Luna por la mano y la trajo hacia sí.

—Ven aquí, no seas tonta.

Sujetaron la esfera con cuatro pequeñas manitas y esta empezó a brillar. Un potente rayo de luz surgió en horizontal señalando una dirección a través de la oscuridad del pantano.

Al mismo tiempo los soles de la coraza y el escudo de Jaime comenzaron a brillar con fuerza, el resto de su armadura y su maza se cubrieron de un tenue fulgor.

—Por fin has actuado como un auténtico clérigo —le dijo Sol.

—Estamos iguales —respondió Jaime—. Vosotras por fin os habéis puesto de acuerdo para guiarme.

Jaime y las hermanas y se rieron ante esto, pero el rostro de Tenaz estaba turbado, mirando en la dirección del rayo de luz.

—Esto no me gusta nada —dijo. Las risas cesaron—. Por ese camino solo se va a un lugar; allí donde los Enemigos se reúnen y son más poderosos. Nos evitan desde que sufrieron en sus carnes la luz de Javier, pero parece que ahora no tenemos más remedio que ir nosotros a su encuentro...

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