23/8/12

De lo que hablaron un rey y su caballero un día como cualquier otro

—Oh, buen rey, adivinad lo que traigo hoy.
—No me lo digáis, valiente caballero, ¿es por un casual una bolsa llena de oro?
—No.
—¿Oh?
—Se acabaron las bolsas. Es una cabeza de gigante llena de oro.
—Cielos benditos.
—¿Ocurre algo?
—Escuchad, mi buen caballero, ¿por qué no descansáis un poco de tanto matar dragones y gigantes y traer su oro?
—Pero no puedo, soy un poderoso guerrero, eso es lo que hago.
—Más bien parecéis un gato trayendo bichos muertos a su amo.
—¿Os ocurre algo, milord?
—¿Que si me ocurre algo? ¿Que si me ocurre algo? ¿Sabéis las consecuencias que están trayendo las enormes cantidades de moneda que introducís día tras día en el reino?
—Pues... sí...
—A ver, decidme.
—Todo el mundo es feliz y se regocija, supongo. Es lo que se supone que pasa.
—Pues mucho me temo que lo que estáis consiguiendo es una inflación de narices. Nuestra moneda ya no vale una mierda pinchada en un palo. ¿Sabéis cómo se ríen los reyes extranjeros de mí?
—No, señor...
—Me llaman cabezón. ¡Cabezón!
—Pero señor, creo que eso tiene poco que ver con mis actividades giganticidas y monetíferas.
—¡¿Cómo?!
—Más bien puede ser debido a la protuberante forma de vuestro cráneo, si me permitís la osadía.
—Gñrfs. En fin, puede ser. De cualquier forma, como vuestro rey, os pido amablemente que os tomes unas vacaciones.
—¡Pero no puedo dejar a esas bestias con tanto oro entre sus manos!
—¿Por qué? ¿Lo usan para el mal?
—Creo que no.
—¿Lo usan para ALGO?
—Lo dudo mucho.
—Es más, ¿habían hecho algo malo antes de que fueseis y los mataseis?
—En realidad no... ¡Pero fue algo preventivo!
—¿Es que planeaban algo?
—¡Por supuesto!
—¿El qué?
—¡Seguir siendo monstruos horribles! ¡Eso planeaban! ¡Tuve que evitarlo!
—¿Queréis decir que matáis a ciudadanos de mi reino que pagaban religiosamente sus impuestos solo por ser diferentes?
—Dicho de esa forma suena un poco racista, majestad. Pensadlo de esta forma: ahora hay más sitio para los humanos; como cuando echamos a los irlandeses.
—¿Pretendéis que mi pueblo viva en cavernas oscuras e insalubres? Porque tengo entendido que eran las viviendas habituales de vuestras pobres víctimas.
—Con un par de visillos quedan bien.
—Cielos benditos...
—Yo por ejemplo vivo ahora mismo bajo un puente, y decorado con las calaveras de la familia de trols que antes lo habitaba queda bastante "cuco".
—Temo preguntar, ¿pero qué fue de los cuerpos?
—No pretenderéis que dejase que una buena carne de trol se echase a perder...
—¡Por Dios santo, sois un monstruo!
—Gracias, si gustáis luego os daré la receta.
—No lo decía en ese sentido, enorme trozo de metal sin cerebro. En este momento os destierro de mis dominios y como me entere de que volvéis a las andadas os juro que...
—Vale, vale, no hay que ponerse así, ya me voy. (Maldito facha).

No hay comentarios :

Publicar un comentario

¡Vamos, tí@, ya te queda menos para conseguir dejar un comento!