9/8/12

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Esta historia tiene lugar un día corriente en una residencia de universitarios corriente.

Adrián practica como todos los días con su guitarra eléctrica. No lo hace demasiado bien, pero él no se da cuenta. Prefiere pensar que sus vecinos le agradecen que ponga los amplificadores a máxima potencia y abra las ventanas para que así puedan gozar ellos también de su arte.

Daniel se estáderritiendo en un día de junio. Se tomaría algo fresco su si nevera no fuese un charco burbujeante a estas alturas. Si quiere concentrarse para estudiar tendrá que conseguir aire acondicionado de alguna manera.

Victor está lidiando ahora mismo, espada en mano, con alguna atrocidad tentacular que algún desaprensivo ha invocado. Por supuesto está tan ocupado que no nota que alguien está robando el aire acondicionado de su apartamento.

Isabel, sin comerlo ni beberlo, está haciendo tratos con un señor trajeado con cuernos y la piel roja. Dice que puede conseguirle un novio y lo único que pide a cambio es su alma inmortal. La verdad es que es tentador.

Marina está ayudando a su novio a cargar con un aparato de aire acondicionado que han ufanado subrepticiamente, cuando un repentino acorde de guitarra la asusta y hace que suelte el aparato, que va a caer al pie de su chico.

Mónica, cansada del atentado contra la música y sus oídos que representa su vecino, decide usar sus poderes góticos para traer algo de otra dimensión que lo haga parar. La cosa se le ha ido de las manos.

Adrián, que oye un fuerte grito cerca de su apartamento, infiere que ha sido uno de sus fans y templa la voz para comenzar un concierto improvisado. Cuántos sacrificios son necesarios por el arte...

Daniel, aún con el pie bajo el cacharro, se pregunta qué demonios será esa nube negra y zumbante que crece en el cielo y parece acercársele...

Victor, cubierto de sangre de demonio, persigue con su espada al tipo peludo de la guitarra intentando hacerle callar mientras una chica asustada contempla la escena.

Isabel se arrepiente de haber aceptado el trato con el demonio, pero tenía tanta labia y solo le hablaba de las ventajas que... Se sienta tras un aparato de aire acondicionado que parece un buen escondite y llora sangre mientras mueve su cola sin control.

Marina, viendo que un enjambre de insectos que no parecen de este mundo va hacia donde está ella, decide dejar ahí a su novio herido y encerrarse en el apartamento más cercano.

Mónica, entre tanto, intenta arreglar el desaguisado jugándose su alma al streep ajedrez con Satanás. Mientras entrega todas sus pulseras se arrepiente de no haber abierto con el caballo.

Adrián cree que esto del concierto se le está yendo de las manos. Primero entra una grupi y ahora un tipo con un cuchillo jamonero que balbucea cosas de demonios, ruido y aire acondicionado. ¿Y de ese fluido extraño de su piel están saliendo tentáculos?

Daniel, atrapado aún y ahora lleno de picaduras de los insectos que se fueron zumbando hace un rato, escucha sollozos al otro lado del voluminoso aparato y pregunta quién está ahí.

Victor, cuyos ojos acaban de convertirse en fuego, quizá por le calor que hace o por su proceso de demonificación, recuerda que le han robado su aire acondicionado y decide que recuperarlo acucia más que matar a este guitarrista aleatorio.

Isabel ve cómo un ser tentacular sale de un apartamento cercano. Va tan enfadado que no repara ni en ella ni en el aire acondicionado. Llora por sentirse ignorada, igual que por los insectos quese fueron. Entonces oye una voz.

Marina, asustada por la rápida transformación que sufre el colérico espadachín, se oculta pobremente bajo una mesa. Allí descubre que un pequeño demonio también ha escogido ese escondite. Ella grita. Él grita. Ambos gritan.

Mónica huye de la partida, es difícil si ambos jugadores usan piezas negras. Aunque está en top less hace un calor infernal, ojalá tuviese aire acondicionado. Decide matar ella misma al músico para que se cumpla el propósito de los demonios y así vuelvan a su mundo.

Adrián comprende que Satán intenta atentar contra su vida para evitar que se convierta en el mejor músico de todos los tiempos. Pero él errotará a todos sus siervos, incluida esa chica pálida de las brevas al aire y el cuchillo ondulado que acaba de entrar.

Daniel está componiendo su propia música profana sobre el aire acondicionado. La diablesa que lo ha rescatado tiene algo que la hace irresistible y además parece maja. Tiene la esperanza de que no pueda quedarse embarazada de él.

Victor estrangula con sus tentáculos a varias personas que estaban por casualidad en la cafetería de la residencia mientras piensa cuál puede ser su siguiente movimiento. Cada vez le interesa menos su aire acondicionado y más satisfacer su ansia de sangre.

Isabel se muere de vergüenza mientras el chico al que ha ayudado la mira. Cuando entregó su alma su piel se volvió roja y le salieron cuernos y rabo, pero es cierto que sus facciones se hicieron más atractivas, le crecieron los pechos, se le estrechó la cintura... Se había convertido en un hermoso súcubo.

Marina intenta calmar al asustado diablillo que llora en su regazo; nunca había visto un humano tan de cerca. Fuera de la mesa solo hay más peleas y eso lo asusta aun más. Ella se siente incómoda y le gustaría estar en otro sitio, pero el diablillo parece necesitarla.

Mónica lucha a muerte contra el dichoso músico, que se defiende con su guitarra como si fuera un hacha. La verdad es que no pelea mal y sus insultos son tan afilados como los de ella. Es reconfortante encontrar un rival a su altura.

Adrián es finalmente derrotado. La chica exhibicionista lo arroja a través de la ventana y choca contra una especie de aparato de aire acondicionado. Ella se acerca para rematarlo, pero su sorpresa es mayúscula cuando se agacha lo besa.

Daniel, que sigue con su labor encima del aire acondicionado, recuerda repentinamente algo importante y le pregunta a su acompañante cómo se llama. Antes de que ella pueda responder algo golpea su tálamo improvisado. Se asoman.

Victor se encuentra con Satán en persona, que había ido a la cafetería a tomarse un solo y se pone a su servicio. Él quiere cualquier cosa a la que poder destrozar y Satán tiene el objetivo perfecto...

Isabel nunca había pensado que podría hacer las cosas a las que su instinto demoníaco ahora la obligaba, el aire acondicionado empieza a derretirse por el calor de la pareja. Ella le pregunta si quiere ser su novio. Él asiente y a cambio le pide su nombre.

Marina sale de debajo de la mesa con el diablillo en brazos, todo parece en calma. Se asoma por la ventana y ve a dos parejitas dándose el lote. Cuando ve que en una de ellas está su novio, se enfada , pero el diablillo intenta calmarla. Por cierto, ¿por qué brilla?

Mónica no había podido evitar enamorarse de aquel tipo en la fiera lucha. Ahora que por fin lo conoce, su odio se había disipado. Pero mientras lo besaba unos tentáculos la rodearon y la separaron de él.

Adrián decide que todo esto se está yendo de madre. Vomita un poco de sangre, cierra los ojos y se desmaya tranquilo. Con eso da fin al que considera su primer y mejor concierto.

Daniel se encuentra con que se ha enamorado de una  súcubo que no está mal. El roce hace el cariño y cualquier cosa es mejor que la pesada de su ex... ¡¿Pero a dónde va?! La persigue.

Victor, mientras intenta estrangular a la chica en top less con sus tentáculos, cae en la cuenta de que está junto a su querido aire acondicionado y se calma. La suelta y ella tras recuperarse va a comprobar cómo está el otro chico. Él sigue teniendo algunas ansias asesinas, pero hay que arreglar otros asuntos más urgentes ahora que ha encontrado su aparato.

Isabel vuelve a casa corriendo desnuda y con un repentino ataque de vergüenza al ser la parte humana de su mente aún consciente de todo lo que ha hecho... Aunque tampoco ha estado tan mal, puede que llame a aquel chico tan agradable y así su deseo se cumpla.

Marina llora porque su diablillo ha desaparecido y se ha ido de vuelta a su mundo. Pero se recuperará pronto y ahora ayuda a un enorme demonio tentacular a recuperar su aire acondicionado. Puede que haya encontrado otra cosa a la que cuidar y mimar.

Mónica descubre que el hechizo se ha disipado por algo más fuerte que el derramamiento de sangre: el amor. Por primera vez es genuinamente feliz.

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